La Ecuanimidad

“Ecuanimidad significa que tengo el mismo ánimo para cosas diferentes. Significa también que me es igual qué reclama mi ánimo. Me enfrento a una cosa y otra con el mismo ánimo. Por eso ni prefiero lo uno a lo otro ni me aparto de lo uno o de lo otro. Regalo a ambos el mismo ánimo. Por eso no me intranquiliza ni lo uno ni lo otro. Ante ambos me mantengo recogido del mismo modo y en consonancia con ellos.

Alcanzo esta ecuanimidad si me encaro con todo de la misma manera. Terminan aquí las diferencias y lo desigual.

Gracias a la ecuanimidad permanezco recogido de manera apacible, porque nada puede desviarme ya de esa serenidad.

La ecuanimidad es un movimiento divino, y en ella se termina toda diferencia. Ya por el mero hecho de que la diferencia se interpondría entre su movimiento de amor a todo por igual.

En la ecuanimidad nos hacemos uno del modo más amplio con ese movimiento de amor, plácidamente uno, serenamente uno, ecuánimemente uno. En la ecuanimidad somos uno con lo divino.”

Bert Hellinger

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