El orden entre padres e hijos / La balanza de la justicia

A veces los padres intentan que sus hijos llenen sus carencias y vacío y les den amor.

Es contra natura que un padre o una madre pretendan el amor de sus hijos, no es el orden natural de los sistemas familiares, del mismo modo que un jardinero no puede pretender que sus plantas le rieguen y le cuiden a él.

El mayor es siempre el que nutre y cuida al pequeño, los padres cuidan y nutren a sus hijos. Si no lo hacen, incurren en deuda grave.

Y si no recibieron de sus padres la debida nutrición para ser amorosos, mala suerte, pero sus hijos no están para darles eso que no tuvieron y que a ellos les faltó.

Otro tema relativo a las Lealtades es que la vida del individuo no es importante con respecto al sistema, aunque creamos que sí. Nuestra vida no importa, importa el colectivo… y cuanto antes nos demos cuenta de esto, antes dejaremos de hacer daño y hacernos daño.

Se puede vivir una vida individual e independiente muy saludable si estamos en armonía con el sistema en que vivimos, pues pertenecemos a él.
REGLA DE DEUDA

Lo que una generación deja sin resolver, será la siguiente la que inocente e inconscientemente, trate de resolverlo; así queda atrapada en temas o asuntos que no son en realidad su responsabilidad. Existe una transmisión transgeneracional de los problemas familiares que a veces crean una cadena de destinos difíciles o trágicos.

Los asuntos no resueltos de los sistemas familiares en generaciones anteriores y las injusticias cometidas dentro y fuera del sistema familiar pueden inconscientemente, afectar la vida de las familias manifestándose en alguno o varios miembros del sistema, enfermedades inexplicables, depresiones, suicidios, relaciones conflictivas, trastornos físicos y psíquicos, dificultad para encontrar pareja, para prosperar, comportamientos conflictivos, etcétera.

Ejemplos de lealtades:

Un hombre adúltero, maltrata y humilla a su mujer y alguien tendrá que pagar por ello. Posiblemente un nieto o descendiente llevará una vida de infelicidad o sufrirá adulterios y humillaciones constantes de las mujeres y parejas, para compensar el maltrato que su ancestro realizó a la abuela y a otras mujeres.

Por ejemplo, tengo comprobado que cuando el abuelo ha sido infiel, suele ser un nieto el que paga por ello de distintas formas y modos, a veces incluso con su propia vida si el daño causado fue muy grande. Lo usual es una enfermedad crónica.

Cuando un miembro de la familia sacrifica sus intereses y posibilidades personales por otro o por el bien de la familia, se siente con derecho a ser retribuido por ese sacrificio y esperará que se le reconozca. Si esa deuda no es pagada por la generación que ha sido favorecida por éste sacrificio, a menudo se requiere que la siguiente generación liquide la deuda de algún modo o si no la siguiente.

Mi experiencia me dice que , dado que somos ignorantes, inconscientes y bastante egoícos y egoístas, rara vez paga la deuda aquel que la contrajo, rara vez el verdugo repara su acción directamente, son otros quienes reparan, casi siempre es un descendiente, un sucesor el que lleva la carga que el ancestro, en su inconsciencia y falta de amor por sus semejantes, no supo afrontar ni resolver para evitar que otro cargara con lo suyo. Pero pagarse, las cuentas siempre se pagan.
SIEMPRE.

BALANZA DE JUSTICIA

Por ejemplo. Un niño nace como consecuencia de la muerte de otro. La madre se empeñó en quedarse embarazada y luego se arrepiente y aborta prematuramente de forma consciente o inconsciente. Pocos años después tiene otro hijo (e incluso le pone el mismo nombre o parecido, que le hubiera puesto al hijo que no llegó a nacer).

Este segundo niño, que sÍ ha nacido, pagará por ello toda su vida…. pues él vive gracias a la muerte de su hermano no nacido.

Posiblemente sea muy leal, de forma inconsciente, a su hermano muerto y siempre sienta que le falta algo, que no está completo…elementos como la melancolía, la tristeza o conductas autodestructivas que le harán mucho daño, pues nota inconscientemente que no tiene derecho a la vida… ¿Qué derecho tengo yo a vivir si otro murió para que yo naciera?

Y si el no paga la deuda, sus descendientes lo harán.

Todas las mentiras y ocultaciones, resurgirán para ser resueltas.

Asesinatos, robos, faltas graves de respeto a nuestros semejantes…todo reaparece y alguien ha de resolverlo.

OTRO EJEMPLO:

Alguien hereda o recibe un gran legado debido a la muerte prematura e injusta, el alejamiento o la expulsión del sistema familiar de otro miembro del clan.

Él ha de pagar por algo que ha recibido sin merecerlo, a costa de lo que le han quitado a otros. Y si no lo hace, los suyos, sus descendientes, tendrán que hacerlo en su lugar.

Insisto, todo se paga, todo se compensa, todo se equilibra dentro del sistema.

De manera inconsciente, el sistema familiar tenderá a restaurar la justicia dentro del mismo, de tal modo que mucho de lo que nos pasa, quizá no es nuestro, aunque sí que es nuestra responsabilidad resolverlo con el mayor amor posible, lo cual, no siempre es fácil.

Las imágenes internas, la preocupación

Quiero decir algo sobre las imágenes internas, las imágenes internas que nos hacemos sobre otras personas. Empiezo con las imágenes que nos hacemos sobre nuestra madre y sobre nuestro padre. Todas estas imágenes están atadas a un movimiento de sentimientos internos. Esas imágenes están hechas para justificar algo. Ahora diré algo muy explosivo. ¿Qué queremos alcanzar con esas imágenes internas? ¿Cuál es el verdadero objetivo de estas imágenes? Con la ayuda de ellas, nos queremos deshacer de nuestro padre y de nuestra madre.

¿No es esto increíble, lo que desencadenamos con esto y al final, ¡qué pérdida! Sí, pero ahí no acaba. Más adelante nos encontramos con una pareja y estamos felices, por un tiempo. Luego, empezamos a hacernos una imagen de la pareja y esta imagen, nuevamente, está ligada a sentimientos determinados. ¿Para qué nos fabricamos estas imágenes? Con la ayuda de ellas, queremos deshacernos de nuestra pareja. Esas imágenes tienen efectos: alcanzan su meta. Cuando lo logran, separándonos de nuestra pareja, o ella de nosotros, ¿tenemos la oportunidad de una nueva pareja, o acaso estas imágenes se oponen de entrada a la nueva pareja, de tal modo que nos hemos deshecho e ella antes mismo de tenerla?

¿Dónde se encuentra la solución? En el otro nivel, donde cada quien es igual de bueno, igual de amado. Entonces, llegamos a un movimiento de corazón puro, sin imágenes. ¿Cuál es el efecto de ese corazón puro? Está en sintonía con un movimiento divino que dice: yo hago todo nuevo.

Hay personas presentes que tienen deseos específicos. Se preocupan por un hijo, o sus padres, o por otra persona. ¿Qué pasa con la preocupación? Es una imagen. Nos imaginamos lo que una persona necesita. ¿Qué hacemos con esa persona? Intervenimos en su destino porque tenemos la imagen de que lo que le sucede es algo terrible. ¿Cuál es el trasfondo de la preocupación? ¿Qué hago con esa preocupación? ¿Qué le provoco al otro con ella? Vuelvo a repetirlo con fuerza y determinación: con nuestra preocupación, queremos deshacernos de esa persona.

La preocupación aparece como una imagen de amor pero es el rechazo más fuerte que se pueda tener hacia el otro. ¿Cómo aprendemos a manejar esa situación de buena manera?

Esta mañana, tuvimos un ejemplo al respecto. Además, hicimos una meditación. Vuelvo a señalar los detalles. Había una mujer y frente a ella, dos representantes: una para la vida y otra para la muerte. No sabíamos quién representaba a quién. Ambas fueron guiadas a juntarse por un movimiento del espíritu, igual hacia las dos. No pudimos distinguir quién representaba la vida de quién representaba la muerte. Ambas eran una unidad. Y la mujer se conecto con ambas al mismo tiempo. ¿Cuál fue el resultado? Algo más grande que la vida y la muerte.

Luego hicimos la meditación sobre la vida y la muerte frente a nosotros. Como las representantes, nos dejamos guiar por un movimiento del espíritu.

Cerrad los ojos.

Nos imaginamos a dos personas ante nosotros. Una para la vida y otra para la muerte. Pero no sabemos quién representa a quién. Nos exponemos a las dos en la misma medida y esperamos.

(Silencio)

Esperamos hasta que nosotros y las otras dos nos veamos abarcados por un movimiento y lo acompañamos, siempre todos somos acogidos por un movimiento que nos mueve.

Eso es andar con el espíritu. O más bien, el espíritu nos permite andar con él y esto nos lleva a unas dimensiones increíbles.

¿Quedó claro el trasfondo, el movimiento?

Cerrad los ojos

¿En qué queremos poner la atención, ahora?

Hay una persona por la cual nos preocupamos: un hijo, una pareja, el padre o la madre, un hijo discapacitado. Interiormente la miramos: la colocamos en el alma. Frente a ella, se encuentran la vida y la muerte. Nos mantenemos en la reserva y dejamos que un movimiento se pueda desarrollar por sí sólo, más allá de nuestros miedos y deseos.

¿Cómo os ha ido?

Es un cambio, un cambio total. De nuevo, un ejemplo para acabar con la psicoterapia… Todo tiene su momento y todo tiene su fin.

Quiero ahora trabajar en detalle con alguien que se preocupa, por un hijo por ejemplo.

Cliente: nuestro hijo no toca, no abraza a nadie en la familia. Desde los siete años, tiene picores en el cuerpo, todos los días.

Hellinger: ¿su edad?

Cliente: 18 años

Hellinger: La pregunta aquí sería: ¿qué no está permitido, qué es lo adecuado, qué le ayuda al hijo para ir su camino, qué le ayuda a liberarse de algo que le impide andar su camino? ¿Estás de acuerdo?

Mi mirada va totalmente hacia el hijo, sólo al hijo y lo veo muy alejado de mí, no me acerco a él. Si el hijo se encontrara aquí, se podría sentir seguro de mí, en todos los sentidos. Estoy a su servicio, sólo a su servicio.

¿De acuerdo con esto? ¿Tu corazón también va en esa dirección?

Hellinger busca un representante: ¿habéis visto lo que hice? Me dejé llevar, sin saber adónde.

Tú eres el hijo y vamos a andar contigo hacia donde se encamina la dirección.

Realiza una Constelación multidimensional (Hellinger elige un gran número de personas, no se sabe quién o qué son, cada uno se deja llevar por su movimiento, Hellinger no interviene).

Diré algo acerca de la profundidad.

La profundidad es insondable. Todo lo grande es insondable. Los secretos de la vida son insondables. Algo surgió a la luz aquí, en todo sentido insondable.

Ahora, es importante que lo reconozcamos, sin preguntar, sin querer saber. Es importante que aquí, todos protejamos la profundidad, que lo dejemos así tal como fue. Todo intento de querer comprenderlo tiene como efecto que se retire hacia la profundidad.

Todos lo respetamos, sin hacer preguntas internas y dejamos a los representantes de esta constelación en paz. Mantenemos una distancia total. Entonces, estos movimientos seguirán y tendrán efecto.

¡Te van a esperar algunas sorpresas en casa! Te deseo lo mejor.

Bert Hellinger, Barcelona, septiembre de 2009

La rabia

La rabia se manifiesta de diferentes maneras, útil o devastadora, fuerte o débil. Aquí se presentan algunos de estos aspectos bajo la lupa.

1. Alguien me ataca o me causa una injusticia y reacciono en función de ello con cólera y rabia. Esta rabia hace posible que me defienda con fuerzas o que me oponga. Me hace capaz de manejar la situación, es positiva y me fortalece. Esta rabia viene al caso y por esto tiene medida. Se disuelve en cuanto alcanza su meta.

2. Me pongo rabioso y enfadado cuando me doy cuenta que no he tomado lo que habría podido o tenido que tomar, o que no he reclamado lo que habría podido o tenido que reclamar, o que no he rogado por lo que habría podido o tenido que rogar. En vez de hacer frente y buscar o tomar lo que me hace falta, me enfado y me pongo rabioso con las personas de las cuales no he tomado o reclamado o rogado cuando lo habría podido o tenido que hacer.
Esta rabia es un sustituto para la acción y la consecuencia de una dimisión. Ella me paraliza, me hace sentir inapto y débil y perdura durante mucho tiempo.
Del mismo modo, esta rabia actúa como defensa contra el amor. En lugar de exteriorizar mi amor, me vuelco hacia los que quiero con rabia. Ella se origina en la niñez, cuando surge como consecuencia de un movimiento interrumpido. En situaciones similares posteriores, trae el recuerdo de lo anterior y de ello tira su fuerza.

3. Estoy enfadado con alguien porque le he hecho algo de daño y no lo quiero admitir. Con esta rabia me protejo de los efectos de la culpa. Los proyecto sobre el otro. Esta rabia también es un sustituto para la acción. Me paraliza y me debilita.

4. Alguien me da tanto y en cantidad tan grande que no se lo puedo devolver. Sólo me queda el peso de ello. Entonces me defiendo del donante y sus dones enfadándome con él. Este enfado se expresa en forma de reproches, por ejemplo de los niños hacia sus padres.
Es el sustituto para el tomar y dar las gracias. Nos paraliza y nos deja vacíos.
O talvez se manifiesta como depresión. La depresión es la otra cara del reproche. Es también un sustituto para el tomar, el dar y el agradecer. Nos inmoviliza y nos vacía. Nos mantiene, después de una separación, en un duelo sin terminar, cuando aún nos sentimos en deuda en el dar y tomar, frente a los muertos o a los que se han separado de nosotros. Puede también que nos sintamos, como en la 3ª forma de la rabia, presos de nuestra culpa y sus consecuencias.

5. Algunos sienten una rabia que pertenece a otros pero que hacen suya.
Un ejemplo sería : cuando en un grupo un participante reprime su propia rabia, al cabo de un tiempo otro participante se siente fastidiado, a menudo el más débil, que a la base no tiene motivo para serlo.
En familia, el elemento más débil es un niño. Cuando una madre está encrespada con el padre pero no lo deja entrever, casi siempre un niño se enoja con él.
El más débil no sólo se hace cargo de la rabia sino que a veces la rabia lo toma como blanco: cuando un subordinado siente ira hacia su superior sin poder exteriorizarla, la vuelca hacia otro más vulnerable. O cuando un hombre se pone rabioso con su mujer sin dejarlo aparecer, a menudo carga a su hijo con ello.
No sólo puede transferirse la rabia de un individuo para otro, como de padre a hijo, sino que también puede que el destinatario sea un representante para el verdadero destinatario, es decir que este papel es desplazado de una persona con fuerza a otra más frágil. Con lo cual, una hija que se hace cargo de la rabia de su madre hacia su padre, dirige esta rabia contra alguien que percibe como más vulnerable que su padre, por ejemplo su propio marido.
En grupos se nota que la rabia transferida no se dirige a los responsable como lo sería el jefe del grupo, sino que recae sobre el más débil que, de esta forma, asume el rol de víctima expiatoria de los fuertes. En las transferencias de rabia, los actores se sitúan fuera de si mismos, siendo presuntuosos y sintiéndose en su derecho. Pero actúan desde una fuente de energía y de derecho que les es ajena y que no les permite ni el éxito ni la fuerza. Las víctimas de las transferencias se sienten por igual presuntuosas y en su derecho porque saben que sufren una injusticia. Ellas igualmente quedan sin fuerzas y sin éxito en su dolor.

6. Existe una cólera que es virtud y valentía.
Es una fuerza de penetración atenta y recogida, al servicio de la miseria y de la necesidad que, con osadía y sabiduría se enfrenta a los poderosos y a los que ejercen mucho peso. Sin embargo esta cólera es sin emoción. Si lo requiere la situación, actúa provocando daño al otro, sin temor y sin maldad. Es pura energía agresiva. Es el fruto de una larga disciplina y práctica y surge no obstante sin esfuerzo. Se expresa incluso como capacidad para negociar estratégicamente.

Comer y vomitar (Bulimia)

Cuando un anoréxico va mejor a menudo se vuelve bulímico. Es decir, come y entonces escupe la comida otra vez. Aquí se muestra un conflicto interno entre marcharse y quedarse. Cuando una joven o una mujer no ha conseguido del todo despedirse de la anorexia, entonces come. Con ello se dice internamente: “me quedo”. Pero entonces expulsa la comida otra vez diciéndose internamente: “me voy”. La solución es que la joven o la mujer, cuando quiere volver a vomitar la comida, diga interiormente a su padre: “me quedo”

Junto a la bulimia se da también otra dinámica. Por ejemplo, cuando la madre le dice al hijo:

“lo que viene de tu padre no tiene ningún valor, debes tomar sólo de mi.” Entonces el hijo coge la comida de la madre, por lealtad hacia ella, y la vomita, por lealtad hacia el padre.

Este tipo de bulimia se curará cuando el hijo tome la comida de los dos padres, sobre todo del padre.

Bert Hellinger

Análisis transaccional como base de las constelaciones familiares

¿Por qué es importante el Análisis Transaccional para la comprensión de las Nuevas Constelaciones Familiares?.
Quería presentar el AT y, sobre todo, explicar por qué el Instituto de Constelaciones Familiares le da tanta importancia.
AT es una teoría sobre la estructura de la persona y sobre sus relaciones con los demás, extremadamente clave y eficaz y abarcadora de todo lo que hasta hoy se conoce.
Recibió esta información Eric Berne, en los años 50 o un poco antes.
Bert Hellinger, cuando dejó de ser sacerdote, se formó en AT entre otras muchas formaciones.
Durante años, su formación fue con AT y allí es donde empezó a intuir el papel de las generaciones anteriores, el papel inconsciente de relaciones con el pasado en la vida de las personas. Y , de hecho, empezó a intuir las Constelaciones.
Bert Hellinger tiene tan integrado el AT que no lo nombra, pero una vez que uno estudia AT, lo ve continuamente, en transparencia.
El mérito del AT es que nos hace ver de un modo sencillo el motor de nuestras actitudes en la vida cotidiana. Vemos, sentimos, sabemos…si estoy en el Adulto, en el Niño o en el Padre o perpetrador. Sé cómo descubrir en qué actitud estoy, sé cómo cambiar de actitud, de ánimo. Nos va a explicar también, cómo en las relaciones la respuesta del otro está inducida por mi actitud.
Quiere decir que yo provoco el tipo de respuesta que va a tener el otro. Quiere decir que en todas las relaciones de a dos, en esas transacciones, los dos son responsables de lo que se va a producir, al 50%.
Eric Berne ha hecho un estudio muy útil, eficaz y profundo de lo que son las relaciones y podemos entender inmediatamente porqué suelo provocar ese tipo de reacción o porqué tal persona me provoca un estado de ánimo X. Y, además de comprenderlo, inmediatamente, cambia esa realidad.
También vamos a ver cómo las personas muestran su reconocimiento a los demás, se dan caricias, las reciben. En qué medida somos capaces de recibir un regalo que nos hace el otro?…y esa capacidad depende de cómo yo haya vivido mi infancia, de cómo yo haya vivido esas relaciones con mis padres, con la vida.
Nos va a hablar, también, de qué es lo primero en mi vida. Estoy en el aislamiento?, en el deseo de asegurar mi pertenencia?, en la actividad?, en la manipulación?…
El A.T. es una teoría. Luego, cada analista trata de buscar cómo, qué tipo de ejercicios hacer, para profundizar o para sanar.
En Insconsfa, nosotros usamos en todo momento las Constelaciones, con lo cual podemos ver todas las intrincaciones que hay detrás de cada limitación.
Si uno está mucho en el aislamiento, pues está con excluídos. Si uno está muy atrapado por el “estado Niño”, estará intrincado con un ancestro muerto joven o con una víctima. Y, precisamente, al constelar esas visiones que nos da el A.T. , el estado niño, el aislamiento, el manipular…el hecho de constatarlo, lo transforma, lo libera.
Vamos a ver el guión de vida; ese guión de vida del que Bert Hellinger habla últimamente. Es un gran concepto elaborado por Eric Berne, que pudo observar que antes de los cinco años, más o menos, habíamos tomado todas las decisiones de nuestra vida…TODAS…
Es bastante sorprendente, pero luego, cuando lo trabajamos nos damos cuenta que es así y todo el trabajo para llegar a la autosanación es liberarnos de esas decisiones precoces y tan infantiles que todos hemos tomado. Entonces, allí, el A.T. nos explica cómo hemos elaborado ese guión…los mandatos de nuestros padres, los permisos que nos han podido dar, las reacciones del hijo frente a un tipo de padre u otro (padre o madre, es lo mismo).
Después nos muestra cómo son las emociones; y, para mí, lo más grande del A.T. con respecto a las emociones es haber podido observar la diferencia entre emoción primaria y emoción secundaria.
Entonces, cómo se distingue una emoción primaria de una emoción secundaria?, cómo se puede pasar de una emoción secundaria a la emoción primaria reprimida, oculta; reprimida por peligrosa o por miedo a que los padres se enfaden si la vivimos.
Todo eso es lo que nos aporta, muy concretamente, el A.T.

Brigitte Champetier