El Dios de la Biblia: “Tú por mi”

Les cuento una historia de las sagradas escrituras, una historia espantosa. Una historia de un hombre piadoso y un hombre terrible. Gracias a Dios solo es una historia de la Biblia pero aquí pudimos ver que en muchas familias sucede exactamente lo que esta historia cuenta. La historia cuenta, ahora voy muy lejos, algo acerca de las nuevas constelaciones familiares. Ahora están muy ansiosos de saber de qué historia se trata.

Un hombre soñó en la noche que había escuchado la voz de Dios que decía: “Ponte de pie, toma a tu hijo, el único, el amado, y llévalo a la montaña que te indicaré y sacrifícamelo en el holocausto. Por la mañana el hombre se levantó, miró a su hijo, al único, al amado, miró a su mujer, la madre de la criatura, miró a su Dios, tomó al hijo, lo llevó a la montaña, construyó un altar, y tomó el puñal para sacrificar a su hijo a Dios. De pronto escuchó otra voz y a cambio de sacrificar a su hijo, sacrificó a una oveja. Más adelante siempre que los animales eran sacrificados a Dios representaban a sacrificios humanos. A ese Dios que se come a los niños.

Bueno, después de todo esto, ¿cómo mira el hijo al padre?

¿Cómo mira el padre al hijo?

¿Cómo mira la madre al padre?

¿Y cómo ese hombre a su mujer?

¿Y cómo miran ellos a Dios?

¿Y cómo mira Dios? Si es que existe, ¿cómo les mira Dios a ellos?

¿Se les hace conocido esto en la propia alma, en la propia familia? Con la mirada hacia tantos y tantos sacrificados a Dios.

Gracias a Dios hubo otro hombre que soñó en la noche. Había escuchado la voz de Dios que le decía, “Ponte de pie. Toma a tu hijo, al único, al amado. Llévalo a la montaña que te indicaré y ofrécemelo ahí en holocausto. Por la mañana el hombre se puso de pie, miró a su hijo, al único al amado. Miró a su mujer, la madre del hijo y miró a su Dios. Le hizo frente, le miró a la cara y dijo, “Yo no lo hago”.

¿Cómo mira el hijo al padre?

¿Cómo el padre al hijo?

¿Cómo la mujer al hombre?

¿Cómo el hombre a la mujer?

¿Y cómo miran a Dios?

¿Y cómo mira Dios? Si es que existe, ¿cómo les mira Dios a ellos?

Bert Hellinger

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *