Cuando un anoréxico va mejor a menudo se vuelve bulímico. Es decir, come y entonces escupe la comida otra vez. Aquí se muestra un conflicto interno entre marcharse y quedarse. Cuando una joven o una mujer no ha conseguido del todo despedirse de la anorexia, entonces come. Con ello se dice internamente: “me quedo”. Pero entonces expulsa la comida otra vez diciéndose internamente: “me voy”. La solución es que la joven o la mujer, cuando quiere volver a vomitar la comida, diga interiormente a su padre: “me quedo”
Junto a la bulimia se da también otra dinámica. Por ejemplo, cuando la madre le dice al hijo:
“lo que viene de tu padre no tiene ningún valor, debes tomar sólo de mi.” Entonces el hijo coge la comida de la madre, por lealtad hacia ella, y la vomita, por lealtad hacia el padre.
Este tipo de bulimia se curará cuando el hijo tome la comida de los dos padres, sobre todo del padre.
Bert Hellinger